lunes, 12 de octubre de 2009

La eterna primera vez


No hay mito más grande que “la primera vez”, y es tanta la mentira que lo envuelve, que hace que ese momento acabe siendo todo, menos lo que pensaste. Es obvio, una llega inexperta esperando sentir algo que describen casi como mágico, para al final encontrarse con una sensación extraña e incluso dolorosa.

En la cama, no cabe duda que el papel del “otro” es fundamental, desgraciadamente son pocos los “otros” dispuestos a que disfrutemos, aún a costa de su disfrute. Y así en nuestra cultura, machista por excelencia, abundan los orgasmos fingidos y el sexo con dolor, más que con amor. Es por eso que algunas mujeres se quedan en la primera vez toda la vida; no conocen lo maravilloso que resulta la décima o la veinteava vez.

La eterna primera vez se convierte entonces en un suplicio para ellas, el fingir se vuelve desgastante, y así transcurre el tiempo, hasta no queda más que un vacío de ganas entre la pareja.

En fin, a las mujeres víctimas de este estado, que deben ser la mayoría en nuestro país, las compadezco, porque no son capaces de levantar la voz, de exigir lo que ellos obtienen casi de trámite. Por otra parte, ojalá que esos hombres, que actualmente se conforman con pensar que ellas sienten algo que en verdad fingen, algún día enfrenten la verdad, aún a costa de lastimar su frágil ego.


Pdta. No es casual que si le preguntas a una mujer que si ha sentido un orgasmo te diga: “no lo sé”.